Anita Botero no solo es una de las chefs más preparadas del país, también es una soñadora determinada a cumplir cada meta que se traza; para ella la perseverancia, la disciplina y la constancia son la llave maestra que abre la puerta del éxito. Fue precisamente esa convicción la que la llevó a abrir hace 26 años La Cafetiere de Anita, uno de los restaurantes mejor consolidados de la ciudad de Medellín, Colombia.
Anita estudió cocina la Escuela del Cordon Bleu de Londres, donde se graduó como Chef Grado A, una calificación destacada en la industria de la cocina y la gastronomía, y luego se especializó en Leith’s school, una de las escuelas de cocina más prestigiosas y respetadas de Europa.
Además de su destacado paso por la academia, Anita se ha formado viajando; conocer la cocina de diferentes países del mundo le permitió encontrar y consolidar su propio estilo de cocina en el que la multiculturalidad es un ingrediente que resalta, así como los son sus combinaciones únicas, la mezcla de ingredientes de alta calidad y de diversos orígenes, la presentación impecable y, sin lugar a dudas, la sorpresa, porque como ella misma destaca, en toda su trayectoria “lo más importante siempre disfrutar y nunca dejar de sorprenderse”.
La Cafetiere de Anita, referente gastronómico en Medellín
El restaurante de esta reconocida cocinera abrió sus puertas hace 26 años y desde entonces ha cosechado éxitos que lo han convertido en uno de los más importantes y emblemáticos de la ciudad.
Orientado a la gastronomía francesa, pero con mezclas de muchos lugares, La Cafetiere de Anita sobresale entre muchos por la exquisitez de sus platos, por su tradición y calidad, y porque ofrece un interesante ambiente contemporáneo.
“Yo cuido muchísimo la materia prima porque reconozco que es el principal foco de nuestra cocina”, destaca la chef y reconoce que tener ingredientes frescos y de primera mano es fundamental para que el proceso creativo culmine entregando a los comensales un plato inolvidable.
“Yo tenía un gran sueño que se ha ido transformando desde nuestros inicios hasta hoy. Ahora tenemos un estilo más contemporáneo que busca perdurar, por eso ofrecemos paltos que buscan generar una recordación degustativa que se quede en la memoria de cada comensal”, resalta la chef.
La comida tiene la clave para unir a las personas
Anita celebra que hoy por hoy vaya en aumento el interés por las diferentes culturas gastronómicas porque eso diversifica las opciones de restaurantes a las que se puede acceder. Y precisa que “es maravilloso porque los amados, es decir, la familia y los amigos, siempre se reunirán alrededor de un buen palto”.
Para Anita, la comida tiene ese increíble poder de unir a las personas. Ya sea compartiendo platos caseros en una mesa familiar o explorando nuevos sabores en un restaurante con amigos, la comida crea un espacio para la conexión, la conversación y el amor.
De hecho, La Cafetiere de Anita es el lugar ideal para demostrar cariño y decirles “te quiero” a los amados, pues cada plato es cuidadosa y amorosamente preparado, desde la selección de los ingredientes hasta el emplatado final.
El emplatado completa la magia
En el mundo de la gastronomía podría decirse que emplatar es el arte que transforma la comida en experiencia multisensorial. Más allá de la presentación visual, en el proceso de emplatado los chefs juegan con sabores y texturas para cautivar a sus comensales desde el primer vistazo.
El emplatado es la culminación de la creatividad y la atención al detalle que define la experiencia gastronómica. Desde la disposición de los ingredientes hasta el uso de colores y texturas, cada elemento en el plato está cuidadosamente considerado para despertar emociones y anticipación en quien lo contempla.
El emplatado exitoso busca crear armonía visual, equilibrando formas, colores y tamaños para crear una composición atractiva. Los contrastes son claves: entre colores brillantes y oscuros, texturas suaves y crujientes, y formas geométricas y orgánicas. Esta armonía no solo es estética, sino que puede influir en cómo percibimos el sabor de los alimentos.
Cada plato cuenta una historia, y el emplatado es el lenguaje que la comunica. Desde la elección de la vajilla hasta la disposición de los ingredientes, todo en el plato contribuye a narrar la visión del chef. Un plato minimalista puede evocar elegancia y simplicidad, mientras que un plato más elaborado puede contar una historia de tradición y artesanía.
El emplatado es una expresión de la creatividad del chef. Es una oportunidad para experimentar, innovar y sorprender a los comensales. Desde platos inspirados en la naturaleza hasta creaciones abstractas que desafían la imaginación, el emplatado permite a los chefs explorar nuevos horizontes y dejar una impresión duradera en quienes tienen el privilegio de disfrutar de su arte.
En La Cafetiere de Anita, un plato no es solo comida; es una obra maestra que deleita los sentidos y alimenta el alma.
Emprender para cumplir los sueños
Hace 26 años, cuando Anita se lanzó a la aventura de emprender, tenía en mente el objetivo de hacer sus sueños realidad; gracias a su determinación y constancia, La Cafetiere de Anita se ha consolidado como uno de los mejores restaurantes del país.
Para la chef, que reconoce lo complejo que puede llegar a ser iniciar algo desde cero, emprender es más que lanzarse a la aventura de crear un negocio; es el acto valiente de perseguir los sueños con determinación y pasión.
El acto de emprender implica el compromiso de enfrentar desafíos, superar obstáculos y persistir incluso cuando el camino parece imposible. En el corazón de La Cafetiere de Anita estuvo desde el comienzo la creencia inquebrantable en ella misma y en la visión que quería realizar.
Anita logró tomar su impulso para transformar la imaginación en acción. Durante su viaje, que ya casi ajusta 30 años, cada desafío ha sido una oportunidad para aprender, para crecer y para descubrir nuevas capacidades y potencialidades.
El desafío de emprender enfrenta a las personas con el vértigo por lo desconocido, pero también les permite saborea la satisfacción de alcanzar metas y ver florecer lo que una vez fue solo un sueño. Con su Cafetiere, Anita emprendió 26 años atrás un viaje de autodescubrimiento y una búsqueda de significado y de realización personal que sigue dando frutos.