La cocina no es solo una serie de pasos y técnicas, sino un genuino ejercicio creativo donde las emociones danzan en armonía. Cada plato es una obra maestra que refleja no solo la destreza culinaria, sino también el amor y la pasión del chef. Esta es la manera como el chef colombiano Pedro Fernández, mejor conocido como The Chef is Back, define su profesión.
En este artículo exploraremos esa perspectiva para determinar cómo la cocina es un acto creativo que va más allá de la preparación de alimentos, donde cada bocado se convierte en una expresión de emociones y los productos son la manifestación tangible de lo que los chefs son capaces de crear.
Pedro Fernández se graduó de la escuela de cocina Le Cordon Bleu de París y tiene una amplia trayectoria en la cocina. Desde niño y gracias a su madre, el chef entendió que se puede manifestar el amor a través de un buen plato.
- El arte de la cocina
La cocina se ha elevado a la categoría de arte, donde los chefs son artistas que utilizan ingredientes como su paleta y la cocina como su lienzo. Más allá de simplemente alimentar el cuerpo, la cocina busca alimentar el alma a través de experiencias sensoriales y emocionales.
Debido a su naturaleza temporal y perecedera, la cocina podría considerarse como un arte efímero, pues cada plato está destinado a ser consumido y desaparece una vez que es degustado.
- Creatividad en movimiento
La cocina es un escenario donde la creatividad se desata. La combinación de ingredientes, las técnicas culinarias innovadoras y la presentación estética de los platos son expresiones artísticas que despiertan emociones en quienes los disfrutan.
- Las emociones son poderosas
Cada plato lleva consigo una carga emocional. Desde la nostalgia evocada por sabores familiares hasta la emoción desencadenada por una presentación cuidadosa, la cocina tiene el poder de provocar una amplia gama de sentimientos.
- La mano del chef en cada creación
Los productos que llegan a la mesa no son simplemente ingredientes; son el resultado del esfuerzo, la dedicación y la habilidad del chef, muchas veces los platos finales son consecuencia de las experiencias individuales del chef. Cada elemento en el plato cuenta una historia, desde la selección cuidadosa de los productos hasta el proceso meticuloso de preparación.
- La importancia de la presentación
La presentación de un plato es una parte integral de su impacto emocional. La vajilla, el diseño del emplatado y la armonización de colores contribuyen a la narrativa visual que acompaña a cada creación culinaria.
- La experiencia completa
Un buen plato no solo busca satisfacer el paladar, sino crear una experiencia completa. Desde el aroma que despierta la anticipación hasta la primera impresión visual y, finalmente, el sabor que deja una impresión duradera, cada elemento se fusiona para formar una sinfonía gastronómica.
- La cocina, un acto de amor
Cocinar es un acto de amor que se materializa en cada plato. Los chefs ponen su corazón en cada creación, transmitiendo sus emociones a través de los sabores y texturas que ofrecen a los comensales.
Tres vajillas para crear
Según Pedro Fernández, en la cocina las manos se convierten en creadoras de experiencias y en transformadoras de emociones que logran ser reflejadas en cada plato. Para él un buen plato no es solo una combinación de ingredientes; es una expresión artística que conecta a los comensales con las historias, pasiones y habilidades del chef. Así, en cada bocado, las emociones bailan, la creatividad se manifiesta y la cocina se revela como un arte que nutre tanto el cuerpo como el alma.
El chef tiene en su casa un taller de cocina en el que organiza experiencias gastronómicas únicas. Una de las más valiosas lecciones que ha recibido de este ejercicio es que “en la cocina el aprendizaje crece y se fortalece gracias a la colaboración con otros”.
El chef también asegura que para un cocinero es fundamental aprender a jugar con las vajillas como lienzo y hace referencia a tres de sus vajillas favoritas por las posibilidades que ofrecen para el ejercicio creativo.
- Vajilla Aqua
La vajilla Aqua está inspirada en los distintos matices de los azules y verdes del océano. Se destaca por platos que transmiten sensación de pureza y tranquilidad gracias a sus colores y contornos dinámicos.
Esta vajilla es ideal para darle vida a nuevas creaciones en las que contrasten los sabores y las texturas.
- Vajilla Ink
Esta es una vajilla de líneas rectas de colores neutros que ofrece una particularidad interesante: se puede apilar, lo que permite sorprender al comensal con un emplatado innovador.
La vajilla se destaca porque combina la sobriedad con un toque artesanal que le da una sensación rústica y disruptiva gracias a la cual no solo se logran resaltar los alimentos y sino que se puede llevar la experiencia gastronómica a otro nivel.
- Vajilla Mármol
Esta vajilla está inspirada en las texturas naturales de la tierra que transporta al comensal a un viaje a través del tiempo y de la naturaleza.
Para el chef Pedro Fernández, el mejor atributo de estas tres vajillas es que logran resaltar la comida de tal manera que hacen honor al amor con el que cada plato es creado.
Gracias a la evolución del diseño y de la gastronomía, elegir la vajilla ideal es cada vez más sencillo, sin embargo, no es algo que deba hacerse a la ligera.
Elegir la vajilla adecuada es, de hecho, un acto significativo pues esta es sin lugar a dudas un componente esencial en la presentación y experiencia general. La elección cuidadosa de la vajilla no solo es estética, sino que también es una expresión de la pasión y dedicación que se invierten en la creación culinaria.
La vajilla no solo sirve para sostener la comida, sino que se convierte en un componente fundamental que completa y eleva la experiencia gastronómica, la vajilla ideal complementa el ejercicio de creación en el que un chef pone todo su talento y amor.