La vajilla que pones sobre tu mesa no es simplemente un elemento decorativo, de hecho, la vajilla es tan importante que tiene el poder de influenciar una buena experiencia en la mesa sin importar el estilo que elijas, incluso si te sientes con la energía para tomar el desafío de mezclar estilos, esto podría resultar al algo único.
En este artículo encontrarás algunas ideas sobre cómo combinar estilos de vajillas modernos y clásicos.
- La potencialidad de las vajillas clásicas
La simplicidad atemporal de su diseño y estilo es el elemento esencial que caracterizan a una vajilla clásica. Es por esto que entre las vajillas clásicas pueden destacar tanto piezas que resaltan tanto por su antigüedad como por su carácter moderno.
Usualmente las vajillas clásicas se convierten en unas joyas dignas de exhibir y de replicar. Las vajillas clásicas son elegantes, ofrecen distinción, cuentan la historia de una época y pueden establecer un vínculo emocional con su tiempo, son versátiles y su diseño es atemporal porque nunca pasan de moda.
De hecho, muchas vajillas clásicas son tan valiosas que terminan convirtiéndose en objetos de exhibición que se usan para ocasiones únicas.
- Novedad y fuerza en las vajillas modernas
Las vajillas más modernas, algunas, de hecho, de autor ofrecen estilos y diseños novedosos, arriesgados y revolucionarios, generan una sensación de renovación, de frescura, de valentía por atreverse a lo nuevo.
Las vajillas modernas tienen el reto de escribir la historia del presente con la promesa de llegar a convertirse en auténticos clásicos de la decoración y el diseño. Quien elige una vajilla moderna no tiene miedo de innovar ni de proponer ideas nuevas y conoce la fuerza creadora de esta posibilidad.
- Entonces, ¿cómo combinarlas?
La idea de combinar estilos de vajillas clásicas con otros más modernos, quizás puede asustar al principio, pero con la práctica el desafío inicial va convirtiéndose en un juego en el que todo es posible y en el que las opciones nunca se agotan; siempre hay una nueva idea para probar.
Es importante que sepas que no existe un estilo mejor que otro, cada uno tiene potencialidades y, con base en tus gustos y deseos, la mejor combinación será la que funcione para ti; aquella que te genere esa sensación de agrado, deleite y la seguridad de que no podrías haber elegido ninguna otra combinación.
Primero, comprende que cada vajilla es única, si vas a combinar, necesitarás conocer la singularidad de cada una de tus opciones a mezclar, para que puedas sacarle a tu propuesta de combinación el máximo provecho.
Así mismo, revisa que la combinación elegida se ajuste completamente a lo que quieres, a quien eres y, lo más importante, a lo que a ti te gusta y te haga sentir seguridad en tu decisión.
- Procura que tu combinación sea orgánica
Cuando combines estilos modernos con clásicos es necesario que pienses en que las piezas que decidas mezclar deben formar un todo o conjunto coherente y armónico. Una manera de lograr eso, por ejemplo, es disponer tu vajilla de tal manera que todos tus invitados tengan un mismo juego de piezas combinadas, es decir, que todos los platos llanos sean de una vajilla y todos los platos hondos de otra; así todos tienen el mismo juego.
O también puedes aplicar la idea completamente opuesta y hacer que tu mesa sea una mezcla desigual en la que todos los comensales tengan piezas diferentes; esta idea puede ser fenomenal pero difícil de lograr porque implica que tengas muchas vajillas disponibles.
- Equilibra las paletas de color
El color tiene la particularidad de hacerte vibrar, entonces en el proceso de combinar vajillas clásicas y modernas, las mezclas de colores y también las opciones con diseños de estampados o dibujos, son fundamentales.
En las vajillas clásicas suelen predominar los blancos y los diseños con dibujos delicados y sutiles como las flores y motivos que aluden a la naturaleza. Las modernas vajillas ofrecen paletas de colores vibrantes, arriesgados y disruptivos, algunas incluyen incluso en sus diseños, texturas.
Procura que lo delicado y lo arriesgado estén en equilibrio, eso sí, intenta no mezclar más de dos o tres colores, como por ejemplo, un plato blanco con estampado de hojas de una vajilla clásica como base y un plato de color que combine con el estampado y que provenga de tu vajilla más moderna como plato hondo.
Cuando combines vajillas pensando en los colores, piensa también en los tonos que predominan en tu hogar, en las decoraciones que sueles poner en tu mesa y considera la energía de los colores, pues estos sin duda movilizan y generan sensaciones diferentes.
- Es necesario que las formas también dialoguen entre ellas
Una de las características particulares de las vajillas modernas es que sus formas pueden ser novedosas y poco comunes, mientras que las clásicas, en su mayoría, aunque hay excepciones, se concentran más a las formas redondas y ovaladas. Y, claro, el tamaño también es importante.
Podrías usar los platos de tu nueva vajilla moderna con formas exóticas y novedosas para el plato principal, el corazón de tu servicio; y sorprender a la hora del postre exhibiendo las piezas de tu vajilla clásica y más conservadora, lo mismo para el café y/o té.
Si el encuentro alrededor de la mesa es muy importante y formal, podrías hacer gala de tu vajilla clásica para todo el servicio y sorprender en los elementos complementarios como platos de centro de mesa, bandejas, salseras, fruteros, y afines, tomando estas piezas de una vajilla moderna con formas y diseños diferentes que refuercen el valor de tu vajilla clásica y aporten flexibilidad y personalidad a tu servicio.
La idea de combinar vajillas modernas y clásicas, podría decirse que, constituye en la actualidad una tendencia en sí misma. Cuando te encuentres ante este reto, encontrar un patrón, un punto de encuentro entre las vajillas o un hilo conductor, podría ayudarte a mezclar y a encontrar la manera de poner en orden y armonía el aparente caos. Además, ten presentes los otros elementos decorativos que hacen parte del servicio: mantel, servilletas, individuales, cubiertos, cristalería y todo cuanto intervenga en que tu mesa sea la ideal.