Cuando llega el feliz momento de comer, tal vez no hay una mejor carta de presentación que una mesa bien dispuesta. Visualmente esta constituye una invitación que abre tus sentidos a vivir completamente la experiencia del encuentro que se genera alrededor de este elemento tradicional en todas las culturas. Bien sea que lleves invitados a casa, que vayas a un restaurante en busca de una agradable velada, que asistas a un evento informal, a un almuerzo ejecutivo o a cualquier compromiso donde la comida es protagonista, se produce una magia única entorno a la mesa; por eso cuidar, cada uno de sus detalles es casi tan importante como la preparación de alimentos. Pensar en la organización de la mesa, en la distribución de los espacios y en los elementos de interés, no es pues una tarea que deba hacerse a la ligera, todo lo contrario, exige compromiso y planificación. Este artículo te ofrecerá un panorama general de esos mínimos detalles que componen la puesta en escena de la decoración de la mesa.
Formas y tamaños de la mesa.
Tradicionalmente, las mesas tienen formas geométricas, entre ellas las más comunes son circulares, cuadradas y rectangulares; sin embargo, las explosiones culturales y los movimientos de vanguardia han traído a la vida mesas con formas inusuales y extraordinarias que aprovechan, entre otros elementos, las cualidades de los materiales con los que están fabricadas y que exploran en colores, formas y tamaños.
La forma y tamaño de la mesa son, sin duda alguna, un par de aspectos determinantes que afectan la organización y disposición de los elementos. En cuanto a las de apariencia tradicional, se dice que las mesas circulares u ovaladas son consideradas más elegantes que las rectangulares y que las cuadradas, pero hacen más difícil la ubicación de los comensales y, en el mismo orden, de los elementos que deben ser dispuestos encima. Por esta razón las mesas cuadradas y rectangulares son más utilizadas en espacios donde se busca ubicar a una mayor cantidad de personas.
Organización y espacios de acuerdo a los invitados
Sea cual sea el tamaño y la forma de tu mesa, tu creatividad, sensibilidad y capacidad de proyección juegan un papel fundamental al momento de organizar y disponer los espacios.
Ahora bien, cuando se trata de los comensales es importante que conozcas a tus invitados y que tengas claridad respecto a cuantos vendrán a tu mesa. Respecto a esta distribución es buena idea que consideres para cuántas personas debes disponer el mobiliario: no será igual una mesa para dos que una para cuatro, para seis, ocho o incluso, más comensales. De la misma manera será diferente la ubicación de una pareja que la de un grupo de amigos o de ejecutivos, o de una familia, o de una familia con niños pequeños o con adultos mayores; por eso es necesario que sepas, al menos, quiénes vienen a comer.
Ten presente también que en algunas mesas necesitarás definir los lugares de mayor y menor rango y ubicar estratégicamente a tus comensales con base en ello. En ese mismo orden, cuando en un evento, por ejemplo, hay más de una mesa, se habla de que algunas tienen una posición más favorable qué otras; define, entonces cuál será la principal y dónde precisas ubicarla para que puedas distribuir las demás siguiendo un patrón claro. También, toma en cuenta que cuando en una mesa se reúne mayor cantidad de gente, la capacidad de atención y comunicación entre ellos será más reducida, sucede el efecto contrario cuando hay menos comensales.
Vestir la mesa: elementos sobre ella
No olvides que tu propósito es entregar a tus invitados una bonita experiencia, agradable, cómoda y, en el mejor de los casos, inolvidable; de ahí que el montaje, la selección de la vajilla y la decoración son elementos fundamentales para construir la sensación deseada.
- El mantel: podría sonar descabellado, pero su selección es un aspecto crucial al momento de montar tu mesa. Este dependerá del tipo de encuentro que estés organizado, en algunos casos, sobre todo cuando la mesa por su forma y tamaño es protagonista o en comidas en casa, este elemento pasará a segundo plano; pero en la mayoría de reuniones será un aspecto a considerar. Si tienes muchas opciones y no sabes cuál escoger, considera la clase y la elegancia que el color blanco siempre ofrece. Después del mantel, será necesario que dispongas las servilletas y los individuales.
- Selección de la vajilla: imagina la vajilla como el escenario donde plasmar el arte; considerándola así, escogerla no es un asunto que puedas dejarla al azar. Elige tu vajilla: color, forma, tamaño, material de acuerdo al evento y al tipo de invitados: con seguridad no dispondrás una vajilla de porcelana para atender el cumpleaños de tu hijo pequeño ni la de dibujos animados para una boda. Una vez seleccionada tu vajilla, antes de ubicarla en la mesa, determina la colocación de las sillas, de ellas dependerá, la posición del plato base, los cubiertos y demás elementos. El plato deberá ubicado frente a la silla del comensal. Los cubiertos, están ligados a los platos del menú planeado y su disposición responde al orden de uso de cada uno. Así, los cubiertos que acompañan el plato final se ubican lo más cerca posible del plato, y los que se utilizarán en primer lugar deben estar en el extremo exterior.
- Elementos decorativos o complementarios Conserva en tu mesa un espacio para disponer elementos adicionales como salero, pimentero, servilletero u otros que consideres necesarios, también, guarda un espacio para la decoración. Las flores en el centro de la mesa será siempre un detalle sutil y agradable, pero siempre podrás considerar otro tipo de decoración que le aporte confort al ambiente de la mesa, lo único que se recomienda evitar es disponer un decorativo que impida la visión o comunicación entre los comensales.
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