El postre es ese dulce momento o el broche de oro para muchos en la hora del almuerzo o la cena. Sigue estas recomendaciones para crear un momento inolvidable a la hora de llevarlo a tu mesa.
1. Identifica cuál postre servirás
Para decidir cuál es la mejor opción de postre será suficiente con conocer dos aspectos:
• Los gustos de tus invitados: si bien es imposible tratar de complacer a todos tus invitados ofreciendo un postre diferente para cada uno de ellos, conocer los tipos de sabores que prefieren, si les gustan más los toques dulces que los salados o viceversa, si la crema es apta para todos o, incluso, si alguno presenta cualquier tipo de alergia, podría ser de gran ayuda a la hora de decidir el postre que le pondrá la cereza al pastel en tus reuniones.
• La comida que precede al postre: es muy recomendable que el postre esté en concordancia con la comida, bien sea generando contraste o siguiendo una misma línea.
2. Pon una mesa de postres
Aunque regularmente el postre se toma en la misma mesa donde se ofreció la comida principal, las mesas de postres son comunes en eventos grandes, es este caso el autoservicio es la mejor manera de disponer los postres para los comensales. La iniciativa de la mesa de postres, sin embargo, también podría ser una idea aplicable a encuentros con pocos invitados, entre las posibilidades que esta tendencia ofrece se encuentra la variedad de postres que podrías ofrecer. Esta opción, incluso, convierte el postre en una segunda comida casi tan relevante como el plato fuerte, en torno a la cual se reúnen los invitados con otra disposición quizás más fresca y divertida.
3. Selecciona la vajilla adecuada
Una vez más en este punto es fundamental que elijas cuál o, incluso, cuáles postres ofrecerás en tu mesa; claramente no usarás el mismo plato ni los mismos cubiertos para una crema catalana que para un pastel de manzana, así como no podrás servir el merengón donde sirves el arroz con leche o la fruta asada. Ten presente que la vajilla se ajusta al postre y no el postre a la vajilla, razón por la cual tienes un mundo de opciones y combinaciones para elegir y, lo mejor de esto, es que todas son posibles y válidas. La recomendación es que tu decisión final sea una mezcla de originalidad, creatividad y buen gusto. Tantos tipos de postres existen como opciones para servirlos ¿Taza, plato o vaso?, ¿cuchara, cuchillo o tenedor?, ¿porcelana, vidrio u oro material? De nuevo, las opciones, podría decirse, que son infinitas. Elige tu postre y podrás elegir tu vajilla, eso sí, procura que tu decisión final se ajuste a la temática o ambiente de la reunión, al tipo de invitados y al clima del momento, quizás más esperado por los comensales.
4. No te olvides de los más pequeños
Probablemente serán los niños tus invitados más importantes cuando el postre es el tema de conversación. Amantes de los sabores dulces, ácidos y cremosos, así como de los colores y de las formas, muchas veces, exóticas y diferentes, los más pequeños suelen ser quienes más disfrutan este momento de cualquier reunión. Si en tu invitación a comer hay niños presentes procura tener una opción de postre diferente para ellos, algo más llamativo bien sea desde la forma o el color, sin que llegue a ser extravagante y explora los sabores dulces y frutales: el chocolate, el dulce de leche y la leche condensada, así como las fresas y las uvas suelen ser sus favoritas. Igualmente será importante que pienses en una vajilla especial para ellos, más atractiva y, si es viable, de un material más aliviano y resistente. Tienes suerte de que hay líneas de vajillas exclusivas para los más chicos.
5. Acompañantes ideales para el postre
Si bien existen postres salados como el flan asado o los bombones de queso entre muchos otros, tradicionalmente el postre rinde honor más a los sabores azucarados, por esta razón es importante qué pienses en elementos accesorios o acompañantes con los cuales puedas matizar la fuerza del dulce sin que este elemento pierda protagonismo. Tés e infusiones, el café por su sabor amargo e indudablemente el agua serán las bebidas que tus comensales van a necesitar para acompañar el postre. Para los niños la leche es también una opción viable. Lo que definitivamente no se recomienda es servir bebidas que aporten al momento más dulce, por lo que jugos o gaseosas no son ideales para acompañar el postre. Recuerda que el postre es el momento más esperado por tus invitados, razón por la cual es importante que le prestes tanta atención y esfuerzo como, sin dudas, lo haces con el resto de momentos de la reunión que ofreces. Un buen postre es el cierre perfecto para tu almuerzo o cena, hazlo fresco, agradable y, en la medida de lo posible, mantenlo simple sin descuidarlo ni por un minuto.